Han existido tantas ocaciones en que no quiero levantarme, que no quiero nada con el día, y de ahí surgen palabras, si lo sé, esto es realmente melancolico y triste, pero así es... por lo mismo acá va algo que hice hace mucho tiempo y hace menos lo arreglé un poco, espero puedan entender lo que lleva dentro.
Tengo un centenar de palabras guardadas en mi pecho
tanto que no he dicho sin saber por qué
libros que no he leido sin explicación
personas a las que nunca les hablé y debí hacerlo
y aquí estoy pensando en mi destino
aquí donde tantas omisiones se han hecho presente
en este lugar en que el silencio se hace tu enemigo
y todo aquello que omité se vuelve el cautiv de mi destierro
de mi ausencia en el mundo, de mi venir extraño y pasajero
del día que no es dulzura y del día que si lo es.
de mis contradicciones fundamentales,
mis eternas estaciones, mi juego sin prisa,
y aquí es donde todo lo espero, donde, todo se mezcla
deseo y estupidez, sueño y angustia,
en el interminable azar de espejos o espejismos,
caras puestas sobre caras, entre la multitud, entre los espejos
y los vagones enormes que llevan pasajeros y no miran,
no escuchan mis gritos desesperados de auxilio
y aquí lucho para dejar todo y a un lado y espera....
para que las estaciones apaguen su incesante luz
y me lleven del mundo en el que estoy sumergido
y tantas vececes creo ser incapaz de entender.